Aunque soy fiel seguidor y casi adicto a la planificación, reconozco que ésta puede llevarnos por un mal camino y consumir más tiempo del necesario, apartarnos de los objetivos principales, hacer ver más contratiempos y limitaciones de las que normalmente debemos identificar en el proyecto que intentamos llevar adelante.
La planificación en exceso es un factor desmotivador, más aun cuando trabajamos en equipo, puede ocasionar una desmejora generalizada del trabajo que se viene desarrollando, es altamente contagiosa y desgasta los cimientos en los que se intenta apoyar el proyecto.