Por regla general intentamos compartir las cosas con personas que son afines
a nosotros, hacemos planes y creamos ideas de negocios.
Nos gusta sentirnos cobijados por esas personas, contar con un apoyo que nos anime a continuar,
son pocos los aventureros que se embarcan en solitario en la tarea de
emprender.
Pero el conflicto es inminente, nace cuando intentamos llevar la amistad
al trabajo y las fuerzas del universo comienzan a hacer su labor.
Priorizar la amistad cuando es momento de tomar decisiones, no siempre
es lo correcto y puede generar una mala decisión.