Es sin duda el momento de mayor
alegría y tensión de toda nuestra aventura como emprendedores, todos los
planes, estrategias e ideas, serán puesto a prueba, ya una vez había comentado
lo mal que podemos pasar la noche previa a dar por iniciada las actividades
laborales, pero esto no terminaba allí y lo peor estaba por comenzar.
¡OJO! con decir lo peor me refiero a la mezcla
de sentimientos y sensaciones que vamos a experimentar, porque esa palabra no
cabe en el diccionario de un emprendedor.
Pues bien llego el día y estamos
detrás del mostrador o bien en la pantalla de la portátil esperando los primeros clientes, con
alegría, con la ilusión de lo que haremos con nuestro primer ingreso….
… pero nada sucede…
La película de terror protagonizada
por nosotros da comienzo esperamos y esperamos,
nunca sabemos cuándo saldrá el fantasma o el mostró a asustarnos, el
silencio se apodera del ambiente, el sol se aleja y la neblina casi la podemos
ver, no sabemos cómo actuar y queremos alejarnos del mundo totalmente, esto se
complica si tenemos la oficina en nuestro hogar, sentimos como todas las miras
se posan sobre nosotros como esperando que digamos algo, pero nada se nos
ocurre.
El miedo comienza hacer de las suyas
y una visita al baño es inevitable, comenzamos a pensar si nos habremos
equivocado, si nuestra madre o pareja tenía razón y no debimos abandonar
nuestro empleo.
Volvemos al lugar de trabajo al borde
de un colapso nervioso, caminamos sin rumbo
por nuestra oficina, miramos viejas fotos, escuchamos música para
relajarnos pero nada más alejado de la realidad, nos hemos convertido en una
bomba de sentimientos a punto de explotar, como si fuera poco nuestra familia
nos llama para comer, pero nuestro apetito se fue de vacaciones y no queremos
hablar con nadie, no sabemos que decir y puede ser el comienzo de una pelea que
nos haga dormir en el sofá.
Pero en ese momento ocurre el
acontecimiento más espectacular del mundo, no hay palabras para explicarlo, los
sentimientos se disparan como fuegos artificiales.
Nuestro primer cliente está allí,
tantas cosas se nos pasan por la mente y el no tiene ni idea de lo que representará
para nosotros, quisiéramos abrazarlo, tomarle una foto, publicarla en el muro o
bien enmarcarla y colocarla en nuestro local.
El se convertirá en un recuerdo para
toda la vida, junto al de nuestra boda o nuestro primer beso.
La película de Terror termino y hemos
sobrevivido, somos unos emprendedores y como tal seguimos adelante a un cuando
la noche este oscura y el camino sea terrorífico, aceptamos que tuvimos miedo y
quien no, cuando comenzamos algo nuevo que no sabemos que nos espera, pero con
valentía asumimos el reto y el premio aquí lo tenemos.
Al finalizar la jornada comprendemos
que habrá días malos y días bueno, que nunca podemos perder la fe en nuestro
producto o servicio que hemos desarrollado durante tanto tiempo en él hay una
parte de nosotros que ahora vive y necesitará cuidado, contamos con las
herramientas y con un plan de acción que nos protegerá en los días difíciles.
Es momento de irnos a descansar y
prepararnos para el siguiente día…