Los emprendimientos no sólo vienen de comenzar una idea nueva, sino que muchas veces debemos continuar el negocio que tiempo atrás nuestros padres pusieron en marcha y que pronto estará bajo nuestro mando, pero esta transición normal en una empresa, cuando hablamos de empresas familiares no suele ser tan pacífica y tranquila, podemos estar en las puertas de una verdadera guerra de ideología y modelos de trabajo.
Como emprendedores de otro tiempo muy diferente a la época de inicio del negocio, traemos ideas frescas y nuevas formas de hacer las cosas, apostamos por nuevos objetivos y somos más ambiciosos, algo que puede resultar una verdadera locura para nuestros padres. Aún más si están dejando el timón del barco a regañadientes y cada oportunidad que ven la aprovechan para intervenir.
Dar un nuevo aire a una empresa con la sombra de la antigua dirección (padres) es complejo y puede resultar frustrante para el emprendedor y aún más peligrsoo para el buen funcionamiento de la empresa y los empleados.
En este caso es recomendable sentarse y conversar sobre lo que cada uno quiere que sea la empresa y sobre todo demostrar a los padres que estamos preparados para asumir el timón, si esto no funciona y ellos se niegan a dejar la dirección quizás no sea su tiempo y lo más prudente es comenzar nuestro propio camino.
El relevo generacional no debe forzarse recuerda que una vez ellos también fueron emprendedores y esa empresa siempre será su pequeña hija.
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