Emprender no es fácil, pero bien vale la pena hacerlo...
El otro día tuve un acontecimiento
imprevisto que me dejo un gran aprendizaje, mientras desarrollaba mis tareas
diarias gestionando mi joven empresa, comencé a sentir en mi garganta un ligero
malestar, al paso de las horas se extendiendo por todo el
cuerpo manifestándose en dolores de huesos, escalofríos, fiebre y mi nariz
simplemente colapso.
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La gripe había llegado y de qué
manera.
Al día siguiente totalmente en cama
sin poder levantarme, casi moribundo (exageraciones como diría mi esposa) me di
cuenta que mi empresa había quedado huérfana, ya que simplemente éramos ella y
yo.
No había pensado nunca que podría
llegar una situación como esta, quizás me creía un súper héroe al estilo de
Superman, estaba en juego todo el trabajo de los últimos meses y más aún la
reputación si un cliente escribía y no recibía respuesta en los tiempos
establecidos.
Ser una empresa compuesta por un miembro,
no debe ser motivo para trabajar solo, debemos
recordar que detrás de nosotros tenemos a nuestra familia que aun cuando
no estén día tras día trabajando a nuestro lado, forman parte de ella.
Ellos creyeron en mi cuando les mostré
la idea en aquel trozo de papel y representan la chispa que me anima a
seguir en el camino al éxito, que sin dudarlo compartiré con ellos.
Tras una semana de cama recupere las fuerzas y volví al trabajo, pero esta vez con un nuevo aprendizaje y con mi esposa a mi lado explicándole todo cuanto se hace para mantener a NUESTRA joven empresa en el camino al éxito.
Tras una semana de cama recupere las fuerzas y volví al trabajo, pero esta vez con un nuevo aprendizaje y con mi esposa a mi lado explicándole todo cuanto se hace para mantener a NUESTRA joven empresa en el camino al éxito.
Gracias, mi querida esposa por todos
los cuidados...: )