Cuando la fórmula del negocio funciona, es mejor seguir y no cambiar, era una de las reflexiones que más se escuchó durante el siglo pasado en el mundo de los negocios e incluso aún se puede escuchar, pero con un entorno tan cambiante, las formulas ya no funcionan para toda la vida y debemos estar en continuo movimiento.
Antes de llevar a cabo un proceso de cambio en el funcionamiento de nuestra empresa se debe conocer exactamente dónde es necesario hacerlo y si el efecto generará un resultado que re impulse nuestro producto o servicio.
La mejor forma de realizar un cambio es haciendo un estudio previo, esto no quiere decir que debemos desembolsar grandes sumas de dinero para obtener dicho estudio de mercado, basta con aprender a escuchar a los que más saben de nuestro negocio, que son nuestros clientes.
Ellos continuamente nos ofrecen cierta información, que muchas veces la vemos como críticas, pero que si miramos el trasfondo podemos encontrar áreas de mejora que nos señalan donde debemos cambiar.
En la mayoría de los casos ponemos más atención a detalles más técnicos y omitimos los vinculados a la experiencia de nuestros clientes.
Es tiempo de escuchar, corregir lo que no funciona y generar un cambio positivo siempre con la vista puesta en nuestro objetivo.
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